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jueves, 6 de marzo de 2025

 BENEFICIOS DE LA FELICIDAD 
 Juan Moisés de la Serna 

 Si se habla de felicidad se puede pensar que se trata de una experiencia íntima y personal, pero cuando convivimos con otro, es difícil alcanzar esa felicidad solos.

 Lo normal es que se trate de un “trabajo conjunto”, y que ambos puedan encontrar y compartir esa felicidad. 



martes, 25 de febrero de 2025

 La ciberconducta y la psicología educativa: retos y riesgos 


El cyberbullying es un fenómeno complejo, difícil de definir y comprender y a su vez con graves implicaciones sociales y personales. Por ello, se están realizando grandes esfuerzos para avanzar en esta línea de investigación emergente que está siendo muy fructífera a nivel nacional e internacional. No obstante, dada su complejidad y la rápida evolución de las tecnologías de información y comunicación, existe la necesidad de avanzar y profundizar aún más en su estudio. El trabajo científico en este campo se ha realizado, sobre todo, desde la psicología educativa y sus hallazgos son la base para las primeras intervenciones psicoeducativas. Para promover el avance de este campo y la transferencia de conocimiento a la práctica profesional, este artículo introductorio describe brevemente la investigación sobre el ciberacoso junto a las cuestiones que todavía quedan por explorar e introduce el monográfico internacional sobre la ciberconducta y la psicología educativa. Este monográfico, publicado en el presente número de la revista Psicología Educativa, tiene como objetivo contribuir al desarrollo de este campo científico emergente. 

El bullying es un fenómeno ampliamente estudiado a nivel internacional y también a nivel nacional, lo que ha permitido que el sistema educativo incorpore el conocimiento de la psicología educativa sobre este problema, con el beneficio que ello puede estar teniendo para la calidad de la educación escolar y familiar. Hay que afirmar desde el principio que en este proceso de desarrollo del conocimiento sobre el fenómeno del acoso escolar la protagonista ha sido la ciencia psicoeducativa. Efectivamente, tanto la investigación como los agentes prácticos de la psicología de la educación han sido hasta el momento los factores que más han contribuido al desarrollo de este campo de la ciencia psicológica. A pesar de que esta línea de investigación surgió hace sólo unas décadas (Zych, Ortega-Ruiz y Del Rey, 2015a), desde el comienzo el interés sobre la misma siempre ha estado vinculado a la práctica psicoeducativa para intentar prevenir o paliar sus efectos (Ttofi y Farrington, 2011).

viernes, 21 de febrero de 2025

  La salud mental en el siglo XXIV

 Gro Harlem Brundtland

 Gracias a las estadísticas de mortalidad, sabemos que durante el último siglo la esperanza de vida del hombre ha aumentado como nunca lo había hecho, aunque no siempre ha sido así para los pobres del planeta, que siguen sucumbiendo fácilmente a las habituales enfermedades mortales. 

Con instrumentos como los AVAD (años de vida ajustados en función de la discapacidad), podemos analizar no tanto la forma de morir como la forma de vivir de la gente. La ventaja de los AVAD es que nos permiten cuantificar no solo el número de defunciones, sino también las consecuencias de las muertes prematuras y las discapacidades de una determinada población, combinando los factores en un solo indicador de la carga global de morbilidad. Con este cambio de perspectiva, algunas de las enfermedades más mortíferas como el paludismo y la tuberculosis, mantienen su hegemonía; en cambio, las enfermedades mentales adquieren de repente una mucho mayor dimensión: al no ser mortales de por sí, provocan discapacidades prolongadas en los países ricos como en los pobres, y van en aumento. 



¿Por qué? Por muchas razones. La primera es que, con el aumento de la esperanza de vida, el cuerpo a menudo resiste mejor que la mente. Esto se manifiesta en los AVAD perdidos a causa de la enfermedad de Alzheimer y de otros tipos de demencia. La segunda explicación es que muchas sociedades o comunidades que habitualmente apoyaban a sus miembros más necesitados a través de los vínculos familiares y sociales ahora tienen muchos más problemas para hacerlo. En tercer lugar, no hay que olvidar los efectos obvios de las situaciones de guerra civil y de caos, así como las amenazas masivas que, a juicio de un colaborador de Boletín, constituyen «los cambios radicales de la sociedad en materia de tecnologías, cambios experimentados por los pilares y entramados familiares y sociales, y la comercialización de la existencia», factores que podrían agravar la actual epidemia de depresiones y de otros trastornos psiquiátricos. Estos factores, que considerados por separado pueden ser neutrales o beneficiosos, agravan un entorno ya de por sí hostil para la salud mental. No nos llamemos a engaño respecto a la magnitud del problema: en todo el mundo, los trastornos mentales representan aproximadamente el 12% de todos los AVAD perdidos en 1998. El porcentaje es mayor en los países de ingresos altos (23%) que en los de ingresos bajos y medianos (11%). La depresión ocupa el quinto lugar en la clasificación de las 10 causas más importantes de morbilidad a nivel mundial, y esa enfermedad reviste idéntica importancia en los países en desarrollo. Después de la depresión, las causas que más contribuyen a la carga neuropsiquátrica de la dependencia del alcohol son los trastornos afectivos bipolares y la esquizofrenia. En los países de ingresos altos, las demencias son la tercera causa más importante de morbilidad neuropsiquátrica. El Mundial, inco de las 10 causas más importantes de discapacidad (de depresión, esquizofrenia, trastornos bipolares, consumo de alcohol y trastornos obsesivos compulsivos), son problemas mentales. Esos son tan importantes en los países pobres como en los ricos, y todos los pronósticos apuntan a que en los próximos años aumentará espectacularmente. Esto me lleva a formular la segunda pregunta: ¿qué queremos hacer para combatirlos? Existen algunas intervenciones sorprendentemente sencillas y bastante básicas. El retraso mental es el tipo de trastorno mental más frecuente en los países en desarrollo, y su prevalencia se puede reducir simplemente añadiendo yodo a la sal; este método resulta muy barato. Las mejoras de la atención obstétrica permitirán un mejor manejo del problema. Un proyecto de demostración llevado a cabo en China ha puesto de manifiesto que simples intervenciones familiares, unidas al uso de medicamentos psicotrópicos, pueden reducir considerablemente el costo del tratamiento de la esquizofrenia. Los programas de rehabilitación social pueden ayudar a las personas con trastornos mentales graves, como la esquizofrenia, a convertirse en miembros productivos de la sociedad. Aunque hoy no es posible curar la demencia, existen intervenciones baratas y culturalmente idóneas que pueden ayudar a las familias y las comunidades a atender mejor a los afectados por ese trastorno. Existen un gran núnúmerosoluciones de ese tipo, y esto plantea un úlúltimoerrogante: ¿por ququé se dispensa atenciónconocidamente asequible y eeficaz? este caso ttambién distinguen varias razones, entre las cuales destacan las siguientes: la poca prioridad que se da generalmente a la salud mental, la ccentralizaciónicional de los servicios de salud mental en grandes instituciones pspsiquiátricasa escasa aaplicación estrategias de reconocida eficacia, ya sea por ddesconocimientotre los agentes de salud y los responsables de dictar normas, por la deficiente oorganizaciónffinanciación los servicios, por la inexistencia de sistemas de ggarantía la calidad o por la falta de medicamentos ppsicotrópicosenciales. Se añade a ello el estigma asociado a las enfermedades mentales, que a menudo disuade a los enfermos de buscar tratamiento e incluso puede minar la disposición de intervenir de los dispensadores de atención en salud mental. En definitiva, la salud mental depende en cierta medida de la justicia social; y las enfermedades mentales, dada su importancia, deben tratarse en la medida de lo posible en el nivel primario. Gran parte de las enfermedades preventivas debe tener importancia en el área de la mitigación de la pobreza posible; la resolución de conflictos y los planteamientos discutidos en los dos artículos siguen ayudando a frenar esta amenaza para la salud en el siglo XXI.




 Depresión y Ansiedad en Universitarios 

Depresión y ansiedad

La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia persistente de tristeza y una pérdida de interés en actividades que las personas normalmente disfrutan, acompañada de una incapacidad para llevar a cabo las actividades diarias, durante 14 días o más (23). 

La OMS define la depresión como “sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración” (24).
La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas (desempleo, luto, eventos traumáticos) tienen más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión (25).
La ansiedad es parte de la existencia humana, es una palabra que se utiliza para describir diferentes condiciones mentales, además es considerada como un fenómeno que se encuentra arraizado en la sociedad moderna; es una emoción de alarma que se experimenta con inquietud, desasosiego, temor indefinido, preocupación desbordante y miedo a perder el control (26).

 BENEFICIOS DE LA FELICIDAD   Juan Moisés de la Serna   Si se habla de felicidad se puede pensar que se trata de una experiencia íntima y p...